La Salud cumple 300 años en Plasencia | Hoy

2022-10-10 02:04:53 By : Ms. syndra mia

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Celebración de una misa en la ermita esta semana con motivo del Ramo de la Salud. / ANDY SOLÉ

Buena parte de los que hoy residen en Plasencia nunca han presenciado una procesión de la Virgen de la Salud ni conocen por eso el tirón de la que fue una de las fiestas más populares en la ciudad. La devoción a esta imagen estaba tan extendida que la celebración del Ramo de la Salud era uno de los eventos más importantes del año. En torno al mismo había toros y mercado de frutas y dulces representativos del otoño.

Hoy de esa fiesta queda poco. El Ramo de la Salud comenzó el pasado 24 de septiembre y concluye este lunes, pero se circunscribe exclusivamente ya a celebraciones religiosas. Sin embargo, tratar de recuperar lo que una vez fue es el objetivo ahora de una comisión de trabajo que se ha creado con motivo el próximo año del tercer centenario de la ermita de la Salud, finalizada en el año 1723.

Representantes de la Iglesia, Ayuntamiento y la Devoción de la Salud integran el grupo constituido recientemente, pero que ya ha comenzado a trabajar en la elaboración de un programa con el que se pretende que los 300 años de historia de la ermita de la Salud no solo no pasen sin pena ni gloria, sino que sirvan para recuperar parte de la historia de Plasencia.

Por eso se estudia que el mercado regrese al entorno del puente Trujillo durante la celebración del próximo Ramo con una quincena de puestos en los que se vendan productos artesanos, frutas y dulces que signifiquen la entrada del otoño. También se quiere organizar en el centro cultural de Las Claras una exposición con documentos y elementos litúrgicos que acerquen a la población la historia de la ermita y de su Virgen, y que vuelva a salir en procesión para así continuar escribiendo la historia de una imagen que en contadas ocasiones ha salido de su ermita. De hecho, la última vez de la que se tiene constancia fue en 1957.

Esgrafiado recuperado en el que aparece la fecha de finalización. / ANDY SOLÉ

En definitiva, se trata de poner en valor este patrimonio placentino y, con él, parte de la historia de la ciudad, desconocida para buena parte de la población.

Solo el hecho de que lo que era una puerta de entrada en el recinto amurallado, como lo son las de Berrozana o Coria, se transformara para levantar en ella una ermita deja constancia de la devoción a la Virgen de la Salud. Más bien entonces a la Virgen de los Remedios.

El milagro de la lámpara

Según cuentan José A. Pajuelo y Pedro Luna, estudiosos de la historia, el patrimonio y las costumbres locales, ese es el nombre que consta en el libro de actas del santuario, siendo a partir de 1654 cuando pasa a llamarse Virgen de la Salud, con motivo del milagro de la lámpara.

Un domingo, 13 de julio, la lámpara que alumbraba a la Virgen manó y derramó aceite desde la noche de ese día hasta el martes siguiente. Y esto motivó el cambio de nombre, «por las curaciones milagrosas realizadas en algunos enfermos, que usaron dicho aceite, según consta en las declaraciones de varios testigos».

Pero esto no solo motivó el cambio de nombre a Virgen de la Salud, sino también la construcción de una ermita que sustituyera a la pequeña capilla que había. Fue una decisión popular y fueron los vecinos del entorno los que llevaron a cabo la obra.

Los trabajos comenzaron el 5 se abril del año 1721, en ellos se gastaron «más de 46.000 reales que llegarían a 100.000 si se contaran los materiales donados», detallan Pajuelo y Luna en su estudio, y se prolongaron durante 20 meses, hasta finales de 1723. Es el año que figura en uno de los esgrafiados que decoran la parte exterior de la ermita y motivo por el que el próximo año se celebrará el tercer centenario. Aunque no fue hasta 1725 cuando la Virgen de la Salud regresa a su ermita. Había permanecido guardada en la Catedral, «a la derecha del altar mayor, en el mismo lugar donde suele ponerse a la Virgen del Puerto cuando baja a la ciudad».

Escaleras de acceso a la ermita que representan una barrera arquitectónica. / ANDY SOLÉ

El 22 de mayo de ese año «todo el pueblo de Plasencia acompaña a la Virgen en procesión desde la seo hasta su nueva y hermosa casa, realizada con las limosnas y trabajo de muchos de los devotos, celebrándolo con cuatro comedias, toros y fuegos en sus tradicionales fiestas, además de las solemnidades litúrgicas». Una celebración por todo lo alto, como describen Pajuelo y Luna, que deja constancia de la devoción a la Virgen de la Salud.

La ermita ha sufrido algunas mejoras desde entonces. La última importante la llevó a cabo el Ayuntamiento en el año 2002 y permitió la recuperación de los esgrafiados. Ahora volverá a centrar los trabajos de las escuelas profesionales para recuperar la fachada exterior dañada y la parte del cañón que requiere un arreglo, así como el tratamiento de los dorados y la iluminación en su conjunto. Pero, además, el Ayuntamiento estudia cómo hacer accesible la ermita, a la que solo se puede llegar a través de unas empinadas escaleras. Estudia la posibilidad de instalar un ascensor en la vivienda anexa a la ermita, que es propiedad de la Devoción de la Salud.